Vivencias
Viviendo en el sin vivir
comprendiendo lo incomprensible.
Descanso en el banco de mis recuerdos.
Soñando a ser niña otra vez.
A viajar a mi mente infantil
tan inquieta y pueril
sentada encima de la fuente
viendo el lomo del caballo.
Como solía llamar a la montañas.
Y no habiendo infinito para mi.
Chupando el néctar de las flores
tan dulce y colorido.
Subiendo por la pedregosa colina
cogiendo madreselvas fui feliz.
Enterrándome en la blanca nieve.
Mirando el cielo cuajado de estrellas
Pidiendo deseos a cada una de ellas
viviendo mis días de niña fui feliz
Esther Rubio Díaz